Pero ¿para qué sirve lo de la jornada de reflexión? pues lo más importante es que los políticos tienen que estar calladitos (aunque sinceramente, me parece totalmente insuficiente; yo la extendía a un més y convocaba referendums cada dos...) y lo más complicado es que nosotros tenemos que elegir la que creamos la mejor opción (sería más fácil escoger la peor, pero seguramente no nos quedaríamos con ninguna)
Porque ¿qué opciones tenemos? veamos:
- José Montilla, un candidato socialista algo "soso" que contrata como asesores guionistas de humor.
- Artur Mas, que en cuanto ve una cámara de fotos pierde los papeles (o firma los que sean)
- Carod Rovira, que cuando abre la boca tiemblan los productores de cava.
- También está... hmmm... si hombre, ese que es de ICV... ¿cómo se llamaba...?
- Y por último a chucky, el muñec... perdón, a Josep Piqué (que lo suyo debe ser un exceso de fé)
Y es que los políticos pueden ser muy pesados cuando quieren (y cuando no, es que están recalificando terrenos) y las personas normales tenemos un aguante y una paciencia limitados (sí, señor Acebes, en serio) Y digo yo ¿no podrían ser de temporada, como los melones o las castañas? Losantos y Pedrojota lo pasarían mal, pero siempre podrían insultar y calumniar a otros colectivos tachados de indeseables, como los inspectores de hacienda o los árbitros de fútbol...